martes, 19 de enero de 2010

La noche distinta

La luna aligera su ropaje ante el sol nuevo. Ni plata ni oro, el paisaje luce neutro.
Ella mira el entorno como si éste la tragara, sediento de su seda desgarrada.
Camina entre las matas que muerden sus tobillos. No siente la sangre que mancha sus sandalias, sólo un dolor en el pecho que aprieta con su mano.
Los pájaros coronan su cabeza con un canto lastimoso, solidarios con sus lágrimas. Ya estaba cansada de correr, de huir de la bajeza. Sabe que dejó atrás dos bocas hambrientas en un cuarto alquilado, un ropero con tres vestidos y tantos manoseos, desvelos que le dieron poco de comer y nada para elegir. Se había acostumbrado, ya llevaba muchos años tomando de sus días lo que la noche le robaba. Pero ayer… fue distinto.
Anoche, fue violada.

...

Vuelo tu mejilla,
navego tu lágrima
y encuentro el sosiego…

Tal vez,
una tristeza lejana
se niega a ser ceniza.

jueves, 7 de enero de 2010

La otra tierra

- Es la primera vez que piso suelo de su país – dijo realmente emocionada mientras la conducían por los salones exquisitos.
- Déjeme mostrarle la hermosa vista que tenemos desde la terraza – le respondió solícito su guía y acompañante.
Subieron por una majestuosa escalinata de mármol y atravesaron un inmenso portón de vidrio más limpio que el aire.
La brisa vespertina jugó con el cabello de ambos, y ella apoyándose en la balaustrada suspiró.
- Nunca he visto esta variedad de verdes naturales. Y desde aquí, las farolas de las plazas parecen iluminar un bosque de duendes y hadas. Es hermoso! Esta tierra es maravillosa! Nunca había estado en el extranjero, no sabe lo feliz que me siento!
El sonrió satisfecho.
La acompañó hasta la planta baja y la despidió con una solemne delicadeza.
Ella, extasiada, cruzó Av del Libertador y tomó un taxi hasta su casa. Cuando sube le dice al chofer: “ No sabe lo lindo que es Estados Unidos!