viernes, 26 de marzo de 2010

...

El sol se atrasa tras un poncho gris,
la mañana no se despereza
y aún las horas se apresuran,
la noche estira su delirio,
y yo, todavía existo.

La vida

En un principio, desperté los sabores escondidos
en el arco iris infinito,
de la inocencia de aquel tiempo sin tiempo para prejuicios.

Una mañana, supe que podía elegir
y la memoria señaló los preferidos.
Degusté manjares y bebí del néctar y el espíritu,
expandí mi aliento y recogí fragancias
que maridaron en el alma y hoy
embeben, serenas, las conquistas.

El aroma del té reposa en el atardecer
y olvida lo que supo a fracaso,
impregnando la noche en que me despido,
el perfume de la mañana me será esquivo.

A ella...

En la curva de tu espalda
reposan los sueños y el cansancio de la infancia,
se almacenan los changos
cargados de leche y dulce,
del pan y el milagro
que nutren la hora temprana.

En la curva de tu espalda
se acomoda el vientre
donde el aliento encontró su cuna
y se dibuja el pecho
tendido en ofrenda
hacia una especie que aún domina.

En la curva de tu espalda
se enredan dudas y lágrimas,
la fuerza y la impotencia,
el abrigo de las noches, la soledad
y la impertinencia de las mañanas.

En la curva de tu espalda
no hay descansos ni rincones
donde ocultar arrugas o estrías,
muecas, o el dolor de las sonrisas.

Tu espalda que se curva
bajo el peso de una duda,
aquello que no supiste,
esa piedra que cautivó tu inexperiencia,
y que en silencio,
aún dibuja horizontes.

Duele...

Duele el amigo,
Duele la piel que lo recuerda,
Duele la pared que añora su sombra,
Duele el pasto que olvidó su marca,
Duele la silla que no cruje,
Duele la vajilla que aguarda en la alacena.

Duele el amigo,
Duele la lágrima,
Duele la canción que lo nombra,
Duele el silencio poblado de chicharras,
Duele el tedio,
Duele la paz, que ya no es deseo,
Sino desgarro y ausencia.

Acuario

Si el conjuro escrito
en letras impersonales
se hubiera desprendido
de la hoja
y me hubiera acompañado,
otro sería mi destino.
Pero las constelaciones
jugaron con los símbolos
y la buenaventura.
La tinaja que me signa
se volcó vacía,
y los peces,
nadaron confundidos.