martes, 21 de septiembre de 2010

sensaciones

La soledad más infinita y dolorosa
es el silencio de tu tarde,
la noche a tus espaldas,
las mañanas ciegas.
Es la que se olvida de nosotros,
la que mastica una salina,
la que muerde el desierto
y crece árida y sedienta.
La soledad más punzante es la que se clava en tus manos,
amordaza tu palabra
y se desliza sobre tu piel esquiva.
Es el tacto marmóreo,
el gris áspero, cementino,
la lluvia indecisa
que no canta en el tejado.

poema

El viento danza rodeando al árbol
y suspira en la maraña que lo ahoga.
Si fuiste bosque, yo fui pradera
y el páramo, oculto
aún doblega al paraíso.

las preguntas de...

¿ Cómo explicar que los días son oscuros
y la noche soledad interminable?
¿ Cómo entender que la silueta se escapa
tras una sombra indefinida
sin pasos, sin huella, sin meta?
¿ Acaso podría imaginar por un momento
que la piel no toca, los ojos se abruman
y la palabra se vacía?
¿ Cómo explicar el giro sin norte
ni sur que lo oriente?

No puedo responder con claridad.
Nadie entendería.
¿ Para qué preguntar?
¿ Acaso es necesario un porqué para morir?