miércoles, 19 de febrero de 2014

sobre los lazos...ocurrencias

El pacto de sangre trasciende el devenir biológico, fruto del amor que se ciñe a dos personas y que no está obligado a extenderse en la eternidad de una genealogía.
Los lazos de un verdadero amor se construyen, y cada persona, tiene el derecho a elegir los materiales, a determinar el tiempo, la calidad y la calidez que decida invertir en cada lazo. Y éstos, podrán coincidir o no con una línea biológica, afirmando que lo importante no es la sangre, sino el sentimiento.
El espíritu sabio y sereno distingue con claridad el terreno que responde del terreno inadecuado.
Acepta con la certeza de la variedad, rica y abundante, a aquel que no se siente cómodo y lo separa para evitar el mutuo daño, sin lastimar ni lastimarse, porque sabe que somos mucho más valiosos que una mirada esquiva, que una mano que se niega, que un corazón que nos cela, o una intención que nos utiliza.
Sostiene los lazos fecundos que lo aferran a la vida . Los demás…los suelta.



traslado

Las luces en el pasillo alumbran hasta la puerta. Apenas entreabierta, una sombra adormecida nos inquieta.
Nuestros pasos retumban en la pared descascarada. Pareciera que el olvido le hubiera arrancado la piel.
Tomó mi mano con seguridad, percibí dulzura en el contacto firme. Sin embargo, no pude evitar el temor. Mis piernas temblaron. Por un instante quedé paralizada por el miedo. Fue entonces cuando sus dedos se apoyaron en mi espalda y a pesar de haberlos aprendido fríos me sorprendió la calidez de su gesto. En su mirada vacía leí las palabras que me decidieron:” No temas”.
Apreté su mano y dejé que me llevara.
Frente a la puerta percibí el hueco de sus ojos llenándose con los míos. La abrió y se fue tras su vestido negro.
La sombra me recibió, entré, y todo se hizo bajo una nueva luz.