domingo, 23 de marzo de 2014

Despertares

La mañana me saludó en el corazón de la rosa, en tanto la luna, redonda y cargada con mis sueños, me despidió detrás del campanario rubricando la promesa de la cual Dios es testigo. Me irá entregando su cuerpo de plata hasta que nos hagamos, ella y yo, nuevas, y en esa novedad, renovemos nuestra entrega.