jueves, 1 de octubre de 2015

Es fuego que abriga,
y sombra que abraza,
su cuerpo de alianzas,
de arraigo y de vuelo,
sabe de oscuridad ,
de pérdida y ciclo,
de aroma y de viento...
conoce de fuerza,
de resistencia,
de espera,
y se deja tocar,
 envuelve de certeza,
la pequeñez,
y en su silencio tan repleto
apacigua la sed de palabras inciertas.
Late la sangre,
de la tierra alimento,
silueta entre nubes
que el sol desnuda
vertiendo luz sobre otros suelos.

El se hizo árbol, y yo, tierra.

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