Un lugar donde la magia salvaje se renueva en las manos perseverantes de un esfuerzo sostenido, de un amor incondicional al silencio, a la historia, y una escucha permanente del misterio que solo hablan la tierra, la vida y el viento.
Allí donde el cóndor custodia tareas y anhelos, entregas y sueños, donde su vuelo bendice cada esfuerzo y cada aliento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario