sábado, 28 de octubre de 2017

Lobos

La manada aúlla,
canta la amenaza.
El miedo grita
cuando se oye la busca.
Las fauces 
de miradas mensajeras
corren presas
salpicadas de nieve.

Herpes

Misteriosa,
arrastra en el polvo
su traje de oro.
Lame el pecado,
corona al divino,
saliva la muerte,
bebe la cura.
Se esfuma en el ocre
y se inflama de fuego.
Hábil, astuta,
voluble y voluptuosa,
muerde el claroscuro 
de la historia.

Presidio


Amanece de bruma
(pensamiento esquivo).
La duda improvisa
en la razón.

Una palabra ociosa
(del abismo, el eco)
mientras 
un pozo traga
el vértigo mudo.

Centinelas sedientos 
abrevan el futuro,
el tiempo llora
desventuras.                                                                                                            
                                                                            
Destierro
de semilla temprana,
cerrojo del aliento
postrado y mudo.




...

El mascarón de proa,
sin rumbo ni casco,
hunde los pies
en aguas turbias.

La nada de un océano
sin horizonte
es vacío que sostiene
la nave incierta.

Espuma que entra
en los poros de la dama,
carga en sus entrañas
la caída en el abismo.

En el silencio,
la obstinada oscuridad
sea tal vez 
el tesoro de otros muertos.

De un sueño

El paisaje huye
entre los dedos tiesos,
la lumbre citadina
ahoga la hoguera
de leños dormidos.             

Entre muros esbeltos
el pasado mastica
un sueño delirante,
impropio, indigno.

El viento empalizado
en vieja copla sin fusa,
arrebata la pradera,
el casco, la tierra,
las manos pétreas
aún sedientas. 

La idea cabalga
sobre corceles ajenos,
perdida en la demencia
de otras corduras.

viernes, 27 de octubre de 2017

Pequeño, hablas desde la rama donde mis ojos no te alcanzan, y te busco.
"Canta otra vez", mi corazón te pide sin palabras y atento.
Tu voz, corta, menuda como tu cuerpo, me sorprende.
Giro la cabeza, te encuentro.
Pequeño, gracias...
en tu instante, nació mi día.
El sol desnudó tus pétalos,
despojados,
lucen las transparencias
que develan el secreto
de tu alma de terciopelo.
Cuando hay luz,
                          veo;
en la oscuridad,
                          siento;
 toco, 
                         el calor de la piel;
en el abrazo,
                         aprendo el latido,
y en la eternidad,
ausente de piel y miradas,
                          reconoceré...