Pequeño, hablas desde la rama donde mis ojos no te alcanzan, y te busco.
"Canta otra vez", mi corazón te pide sin palabras y atento.
Tu voz, corta, menuda como tu cuerpo, me sorprende.
Giro la cabeza, te encuentro.
Pequeño, gracias...
en tu instante, nació mi día.
1 comentario:
La leo siempre, Marta. Saludos.
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