Vaciar,
vaciar el alma para llenarla de la presencia divina, ahogada por obsesiones, avaricia, miedos, y angustia...
Vaciar el cuerpo para que deje de ser figura y sea el lugar donde Dios habita.
vaciar,
para que los ojos y la mirada, los labios y sus palabras o silencios, los píes y sus pasos, sean el vehículo de Dios y su mensaje, su amor y su voluntad.
Vaciarse....para ser.
Los laureles, Saladillo, 10 de junio 2025
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