viernes, 9 de febrero de 2024

Las visitas

 Preparo el corazón para un encuentro que el mismo corazón advierte como desencuentro. Las horas se hacen largas en el costado silencioso de la mesa cargada de bullicio.

La charla es esquiva, las miradas también. La sombra me oculta como se oculta al sirviente del lugar de los patrones que, sin propiedad ni título que se los adjudique, se perciben dueños de lo que no es suyo, sólo por saberse con la mitad de un apellido.

La tristeza, con su contundencia, casi derribó mis defensas. Pero una postal de antaño me trajo las palabras sin que les diera permiso." El bote no se hunde por el agua  que lo rodea sino por el agua que deja entrar"...

La verdad entonces se impuso para despejar toda sombra. Las aguas inmensas de los corazones tan soberbios como altaneros, pueden creerse dueños y señores de los botes, pero no poseen los remos.

Volví a la paz del puerto...Las horas se acortaron hasta el adiós a las visitas...