sábado, 25 de agosto de 2012

Paradoja (Vivo muerto)


Cuando el espíritu muere antes que el cuerpo, no se distingue el día de la noche y el silencio es la ausencia de uno mismo. El tiempo, de tan interminable, se duerme y aburre. No hay sentido ni sentimiento. La tibieza es fría, el gris el único color y los ojos, la ventana por donde se ve la nada.
Cuando el cuerpo vive más que el espíritu, la huella no deja marca, y el aliento retorna como póstumo suspiro. Las voces se rompen cual cristales que caen en piedras. Y saltan desplegándose como lágrimas infinitas.
Cuando el espíritu muere antes que el cuerpo, el dolor es dueño.

No hay comentarios: