sábado, 28 de octubre de 2017

...

El mascarón de proa,
sin rumbo ni casco,
hunde los pies
en aguas turbias.

La nada de un océano
sin horizonte
es vacío que sostiene
la nave incierta.

Espuma que entra
en los poros de la dama,
carga en sus entrañas
la caída en el abismo.

En el silencio,
la obstinada oscuridad
sea tal vez 
el tesoro de otros muertos.

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