Las malezas crecen y el tractor no arranca; la bomba de la pileta, alardeando de su viejo cuerpo de fundición, decide morir a las puertas del verano.
Con la tanza o el disco, así la desmalezadora manual arranca en su vaivén pastos y malezas que superan la altura de una rodilla. Se van llenando carretillas de hojarasca para descargarla en los desniveles caprichosos del terreno e intentar un relleno natural.
Mientras, otras herramientas en otras manos indagan en el corazón de los motores, cambian la bujía sin resultado aparente, desmenuzan posibilidades e insisten en develar el enigma. El tractor tiene que arrancar.
Y así como cada generación va dando paso a la siguiente, se ubica la bomba nueva, de moderno material, lozana frente al cuerpo exangüe de su predecesora.
Así transcurre el día.
Un vaso de vino y una cena rápida cierran la noche con la certeza de un día nuevo que se avecina dándole cara a los desafíos, para seguir andando, para seguir viviendo.
10 octubre 2024