Mis ojos lloran sin cesar, nada es claro, la mente quieta y el corazón mudo. Aún así sigo derramando lágrimas que la brisa intenta secar.
La tarde trajo música y la música, movimiento. Entre ellos, viejas palabras provocaron un nuevo llanto, ahora, agua pura de emoción, sana en la conciencia y bálsamo en la gratitud.
08 octubre 2024
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