Exactamente hace una semana dejé el amanecer en tus ventanas, el parque verdeando y los frutales abriéndose a la primavera. Falta una semana más para acompañar tu atardecer, acariciar las hojas, recoger las piñas y asombrarme en los frutos creciendo. Puedo extrañar tu voz susurrando entre los eucaliptos o tu horizonte donde estirar la mirada, la tierra donde Dios me abraza.
Aquí, el jardín es verde, majestuoso el aguaribay y el aroma de los jazmines te recibe a la entrada de la casa, el césped no se niega a un pedazo de cielo apenas interrumpido por ventanas ajenas y los rosales exultantes de pimpollos que se van desperezando cada madrugada se unen a los malvones rojos, las lavandas y el romero. Aquí, Dios habla.
Saladillo, Belgrano, cada uno a su manera, sacude con fuerza mis entrañas, para que mi corazón, bendecido, ore y agradezca.
01 Octubre 2024
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