domingo, 12 de abril de 2009

31 de diciembre 2008

Estás cerrando la puerta. Me da miedo. Aún así, ayudame a echarle el cerrojo. Se abrirá una nueva y el vacío sostendrá el pie que avanza en silencio con cierta timidez.
Las voces arderán ajenas a este momento de profunda y fértil soledad. Es la hora del bullicio que me encuentra frente al espejo donde se reflejan con los colores de ayer las pinceladas de mañana.
Es la hora del adiós temido, por ser despedida, es la hora que conduce al reencuentro, donde la lágrima juega con la risa, donde te olvido, y me esperas.

No hay comentarios: