jueves, 7 de enero de 2010

La otra tierra

- Es la primera vez que piso suelo de su país – dijo realmente emocionada mientras la conducían por los salones exquisitos.
- Déjeme mostrarle la hermosa vista que tenemos desde la terraza – le respondió solícito su guía y acompañante.
Subieron por una majestuosa escalinata de mármol y atravesaron un inmenso portón de vidrio más limpio que el aire.
La brisa vespertina jugó con el cabello de ambos, y ella apoyándose en la balaustrada suspiró.
- Nunca he visto esta variedad de verdes naturales. Y desde aquí, las farolas de las plazas parecen iluminar un bosque de duendes y hadas. Es hermoso! Esta tierra es maravillosa! Nunca había estado en el extranjero, no sabe lo feliz que me siento!
El sonrió satisfecho.
La acompañó hasta la planta baja y la despidió con una solemne delicadeza.
Ella, extasiada, cruzó Av del Libertador y tomó un taxi hasta su casa. Cuando sube le dice al chofer: “ No sabe lo lindo que es Estados Unidos!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanto, me recordò a Mamerto menapace.- Marines.-

Hacheaefe dijo...

¡Muy bueno! Sobre todo ese final, totalmente inesperado. Felicitaciones. Héctor.