martes, 6 de mayo de 2014

Números

Y de repente, dejaron de existir. Así nomás, se fueron. Se comenta que estaban hartos… pero no se sabe de qué. Desaparecieron. El reloj es ahora una esfera con una aguja girando en forma continua, los días son días si hay luz, y cuando está oscuro es la noche, así de simple. Las masas finalmente volvieron a su definición ocupando espacios, más materia, menos materia. La cantidad se expresa de manera diferente, es poca, es mucha, casi nada o demasiado; la fecha perdió identidad, el tiempo es ahora, hace un rato, ayer, antes de ayer o “hace tanto!” .Las edades se mezclaron borrando fronteras y las personas se identifican hermanados en sus nombres y agrupados en sus apellidos.
Las distancias se hicieron cortas o largas, extensas o breves. Todo está aquí cerca, cerquita, o allá tan lejos!
Los que están desesperados son los precios, perciben  un drástico final…y no hay forma de hacerles entender que para mantener algo de existencia deberían consensuar con el valor. Pero ellos adivinan, o saben, que han de perder… Si ya no hay cifra que alentar. Andan abatidos conscientes de su ineptitud. Así fue como un día cualquiera alguien anunció: "Se suicidaron los precios."
Y también se comenta que las computadoras permanecen desde aquel momento en estado vegetativo. Conectadas e inútiles.
Por todas partes las nociones cobraron fuerza, liberadas del abstracto y abrazadas por los conceptos.
Los hombres, en el silencio de un mundo desconocido, quedaron incomunicados. Tantean como ciegos una realidad que se les escapa. Algunos presagian la propia extinción. Otros, supieron de su esclavitud, comprendieron del espíritu salvaje y misterioso de la vida.

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