La noche se despierta
en el plumboso atardecer sombrío.
La fusión se aleja y el calor se acuesta
donde el fuego abandona la media de su día.
El viento calla y el frío silba en las hendijas ,
enrojece la piel que la noche muerde derramando moras.
Si hasta el polvo se cobija bajo la luna helada
y el aire queda solo, diáfano,
conmigo.
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