Falta una hora.
El espacio permanece vacío. La hora se adelanta como el trazo ligero de sus
plumas. Los veo detenerse, mirar hacia el techo y continuar. Mi cabeza sigue
tan vacía como el espacio. Solo se llena de presente, del ahora, ni siquiera de
lo que fue o de lo que podrá ser. Entonces me pregunto si hay ideas corriendo
bajo sus melenas prolijas y onduladas. Qué relatos escudriñan detrás de sus
lentes gruesos de armazones oxidados. Ahora permanecen con los ojos clavados,
semiocultos bajo sus párpados somnolientos, o aburridos. Miran y tocan el
espacio, lo giran, lo transitan, y yo, vacía. Ellos son los señores de la
tinta, los que aparecen en fotografías, los que escriben su nombre en los
espacios llenos de halagos y colores. Mi espacio es negro, o ¡sigue vacío? No
hay voluntad que desvíe la de mi destino.
1 comentario:
Martita, estoy en la primera lectura de tus escritos y me parecen de una maravillosa profundidad¡ Me detuve aquí por la fuerte imágen que me transmite este comienzo : Falta una hora y el espacio permanece vacío y terminás diciendo ... mi espacio es negro, o sigue vacío? Te felicito por la exelente y colorida forma de expresar lo negro.
Publicar un comentario