martes, 22 de octubre de 2013

poema 1

La tarde se adormece bajo el sol
despidiéndose en la ventana.
Las flores se mecen y el limonero perfuma la brisa.
Silencioso el césped se abandona
y desde el aguaribay,
la primavera grita a viva voz en el pecho de un zorzal.
Su canto permanece entre las sombras diluidas.
En tanto,
un alma llora, el niño duerme
y Dios, amasa un nuevo día.



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