lunes, 6 de octubre de 2008

Cuento: En el bosque



A los duendes les duele cuando el bosque se queja acongojado por viejas leyendas de espanto y muertes secretas.
Como la que hoy cuentan incontables seres de variadas especies. Se dice que el bosque en enorme bostezo tragó en su suelo la silueta del hombre del sobretodo, un anciano sabio y centenario.
Dicen que el fantasma habla en el susurro de las hojas dando respuestas a intrigas infinitas.
Se hace saber que el bosque bebió la sangre para guardarla en sus entrañas, atesorando el misterio de la ancestral sabiduría.
Se afirma que por eso el bosque subyuga y es enigma.
A los duendes les duele que la leyenda los ignore. Son ellos los que juegan y encantan con cantos y susurros el secreto del bosque.
A los duendes les duele el alma, cuando los petrifican adornando el cerco de jardines y los bordes de las piletas, como si no la tuvieran.
Será por eso que esta noche el bosque está mudo, oscuro y siniestro. Las hojas dicen que algunos duendes duermen su dolor, pero que otros salieron.
Es la noche del trueno aterrador, del alarido desgarrado, del aullido eterno, de las dudas y los miedos. Son los duendes que gritan su venganza en una sociedad sorda que los cree muertos.

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