sábado, 24 de septiembre de 2011

Como un árbol.

Los plátanos se vistieron con un delicado encaje verde que se teje con fuerza cada día, una fuerza que acumularon en la desnuda soledad del invierno y hoy se expande hacia lo alto y hacia lo ancho aún sabiendo que el vestido glamoroso volverá a caer, no como una pérdida irreparable, sino en una renovación profunda que en cada ciclo lo eleva más, pues la raíz robustece su espíritu en la riqueza oscura del alimento.

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