Adoro la noche
porque la
oscuridad
devora tu perfil
y las manos inquietas.
Aunque la
palabra se repita incesante
y la queja
abarque todo espacio,
elijo ese
desborde que retumba en el oído.
Sombrío el velo oculta
esos ojos
agitados por la furia,
la mueca
desdeñosa de los labios
y el acoso de
tus gestos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario