jueves, 16 de mayo de 2013

Despertar


Las hojas recogen
la madrugada tibia entre sus nervios,
y traslúcidas se hacen cómplices
de un sol que por ahora se adivina.
Detrás, el azul se agrisa
como el óleo en la paleta de un artista.
Y se deja hacer,
mientras el viento agita el aroma de las flores vírgenes.
Pero nada es sin el canto memorioso.
Entre el misterio de las ramas nace una melodía.
El silencio se aparta
Y así me reconozco viva,
entre tus brazos y tu aliento,
aun dormido.

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