2024: un cumpleaños y un cuaderno, un e-mail y el título de propiedad..." Saladillo, y en Saladillo: Los Laureles"
Un sueño se despierta para hacerse monte, tierra, casa y horizonte, rosas y frutales. La higuera, tan hermosa como la de Juana, se multiplica en cientos de brevas dulces.
El atardecer se hace oro recostado entre los árboles y la madrugada se ilumina atravesando la manga un tanto desvencijada. Los chimangos sobrevuelan el día y las golondrinas anidan.
Por las noches las lechuzas acompañan el brillo de infinitas estrellas, y a lo lejos, la rana se une al sapo cancionero adorando a la luna.
La memoria recuerda aquella tarde de agosto de 2023 cuando el camino se hizo huella, y fue en octubre cuando la huella se hizo destino.
Los primeros meses lo transitaron las ideas, los proyectos, el trabajo y hasta cierta incredulidad propia de una realidad que le cuesta dejar de ser sueño.
Pasan los días y la vida se instala sin escatimar emociones, se instala con todo su esplendor vestida de cotidianeidad.
Así Los laureles se impregna tanto de alegría como de tristeza, de temor y de esperanza, de trabajo y placer, de soledad y compañía.
Así Los laureles se viste de vida, y entonces llegan las páginas blancas, las páginas para ser escritas, las páginas que llevarán en su alma las vivencias de Saladillo
03 de febrero 2024
1 comentario:
El camino se hizo huella, y la huella se hizo destino...
Bellas y exactas pueden ser las palabras a veces.
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