Así como los chimangos sobrevuelan cortando la planicie celeste y la silueta de las nubes, así ensombrece la posibilidad de disfrutar plenamente cada día, cada noche, cada sueño, cada vigilia, la fatiga, el cansancio, la apatía, el desdén y el desgano. El aire puro se enrarece, la brisa ahoga, el paisaje se entristece, se deforma y se pierde tras las lágrimas del desasosiego.
El temor palpita acelerado y la frustración se alegra de la soledad de quien no tiene con quien compartir un sueño.
09 junio 2024
No hay comentarios:
Publicar un comentario